España es de los países con menos productividad laboral dentro de la UE
La productividad es un factor clave para la economía de un país. Y, además, a partir de este año tendrá consecuencias mucho más directas sobre el sueldo de los trabajadores, porque el pacto salarial que está a punto de suscribirse entre patronal y sindicatos incluye una subida variable que está ligada, entre otros factores, a ese elemento. Concretamente, hasta un 1% de la mejora dependerá del rendimiento que haya en cada empresa o sector, tal y como recomendará el nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) que, si finalmente se aprueba –como todo indica– estará vigente hasta 2020 y ofrece un alza fija anual del 2%.
Y es que, pese a que España es de los países en los que más horas se trabaja al año en la UE, la productividad en ella es muy baja, más si se compara con otros Estados europeos. Así, cada empleado dedica 1.695 horas de media a su actividad profesional, lo que le sitúa en la parte alta de la tabla: ocupa el puesto 15 de 38 países analizados de todo el mundo. A la cola de esta clasificación está precisamente la locomotora de Europa, Alemania, con una media de 1.363 horas, lo que supone 332 menos que España. Tras el país germano aparecen Dinamarca y Noruega, con 1.410 y 1.424 horas anuales por trabajador, respectivamente.
Por el contrario, Grecia es el país europeo en el que más horas dedica cada uno a su profesión: 2.035, 340 más que España y 672 menos que Alemania, aunque todavía le superan con creces países de Latinoamérica como México o Costa Rica, entre otros. Pese a ello, la productividad griega es de las más bajas de Europa, apenas un 19,9% por hora trabajada, según datos de Eurostat.
Esto viene a corroborar que no por dedicar más horas se rinde más. Todo lo contrario, según se desprende de este estudio. Precisamente Noruega lidera la lista de países europeos con mayor productividad por hora trabajada al alcanzar el 79,9% pese a ser el tercero que menos horas trabaja. El segundo puesto recae en Suiza, con un 57,9% de productividad –aquí, sin embargo, no existen datos de cuántas horas dedican al empleo– y el tercero en el podio es Dinamarca, con un 55,3%, que es el segundo Estado que menos horas está en la oficina.
España está en la parte baja de la tabla, más si se compara con las grandes potencias europeas. Con una productividad de solo el 31,5% por hora trabajada representa la mitad de competitividad laboral que Noruega y está también 6,5 puntos por debajo de la media de la Eurozona. A su vez, es muy inferior a la de Irlanda (61,1%), Luxemburgo (68,7%), Alemania (42,9%), Reino Unido (34,8%) e Italia (33%), entre otros.
Y eso que la productividad por hora trabajada se ha incrementado en España durante la última década, al igual que ha ocurrido en todos los Estados miembros de la UE salvo Grecia. En concreto pasó del 27,4% en 2006 al 31,5% en 2016 (últimos datos de que dispone la oficina comunitaria Eurostat), por lo que se elevó más de cuatro puntos.
Demasiado ‘presentismo’
Un fenómeno que se da con demasiada frecuencia en el país es el denominado ‘presentismo’, esto es, estar en el trabajo pero como si no estuviera. Más de la mitad de las empresas (un 56%) admite tener situaciones de este tipo en sus organizaciones. Y, en el lado contrario, está el absentismo. En el último trimestre de 2017 hasta 247.000 personas faltaron a su puesto de trabajo sin estar de baja médica u otras causas justificadas, lo que supone el 1,3% de los ocupados. Y a esto hay que sumarle las personas que no acuden a su oficina con un motivo justificado: una media de 577.000 personas cada día, según refleja el estudio. Esto supone que más de 820.000 trabajadores no acuden a su empleo diariamente, lo que representa un coste anual de 50.200 millones de euros a las compañías españolas.
Durante la crisis económica (en el periodo 2008-2013) se produjo una reducción del absentismo, llegando a caer al 4,1%. En 2014 su tasa se situó en 4,4%. Sucesivamente se ha continuado la tendencia al alza y 2017 creció hasta valores del 5%.
Uno de los problemas añadidos es que las empresas son poco flexibles a la hora de modificar sus jornadas laborales para poder conciliar, principalmente desde las pymes que son casi el 99% del tejido societario nacional. Tanto es así que la anterior ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, abogó por impulsar un pacto de Estado para poder racionalizar horarios y, por tanto, conciliar, que es otra de las grandes asignaturas pendientes.
Fuente: sur.es